Fui al seminario América Latina, ¿integración o fragmentación? Era un bonito día. Pensé que ropa usar y me decidí por ir relativamente formal (pantalón de vestir y camisa). Llegue al Polyforum Cultural Sequeiros y encontré una fila para entrar. Me forme y espere.
La fila avanzaba mucho y luego se detenía. Al llegar descubrí que era una cosa de los “cadeneros” pues en el registro tenían un buen ritmo. Obtuve mi gafete, un programa, una pluma y un bloc de hojas. Luego una vez más a hacer fila para entrar al foro. El amigable personal de seguridad te hacia pasar por un arco para detectar metales (o eso creo) y hacían una rápida inspección a tu bolsa. Todos estaban vestidos elegantemente.
Un organizador me dijo que debía ir abajo, pensé que estaba lleno el foro. Al ser la inauguración y estar Vargas Llosa me pareció lógico. Decidí dejar la sala alterna e ir a una carpa que estaba a un costado del edificio porque ahí me sentía más cómodo. Además me permitiría ver a alguien conocido.
Entonces todo empeoro.
Al salir descubrí que abajo en la Sala Alterna estaban los Estudiantes (identificados con un gafete blanco completamente y la palabra estudiante) y arriba en el Foro Universal los Participantes (con gafete verde con banda blanca), Organizadores (verde con banda roja) y Prensa (verde con banda amarilla). Ignoro si los participantes pagaron (lo cual me parecería lógico) pero de lo que estoy seguro es que a los estudiantes los presionaron un poco para que fueran y nadie les aviso que no podrían estar presentes en las conferencias. Si bien es cierto que había quienes querían ver a los conferencistas, la perdida más importante es la práctica incapacidad para hacer preguntas. Esto me disgusto, porque yo entre como estudiante (fue sencillo). Noté que incluso los organizadores buscaban a los Participantes para que subieran. Todo mientras a los estudiantes los “escondían debajo de la alfombra” en la Sala Alterna. Supongo que los estudiantes eran el seguro contra la escasez. Eso habla de la poca confianza en el poder de atracción de los conferencistas. Sin embargo el primer día hubo un sobre cupo (que disminuyo en la tarde pero que era notable.
Después escuche que la entrada principal era para unos pocos. Esa entrada tenia alfombra roja y es la entrada habitual el Polyforum. Como a mi me quedaba más cerca la otra entrada (sí, me dio flojera dar la vuelta a la esquina) no comprobé eso personalmente. Además descubrí otra pequeña diferenciación. A los participantes les dieron una carpeta monona de cartón para guardar el paquete de registro.
Me gusto la carpa. En la mañana estaba fresca y no tenias la sensación de encerrado. Además supongo que disminuyo los problemas por los arribos tardíos al evitar que esa gente buscara un lugar mientras el conferencista hablaba. Y el primer día fue una gran salvación para el sobre cupo… aunque la política con el Foro Universal hizo estragos entre los participantes mismos pues hubo quien llego de muy lejos (Monterrey por ejemplo) y no pudo ver al conferencista que deseaba. Un grupo en particular que usaba un gafete verde con banda blanca eran los maestros del ITAM (uno de los organizadores del evento). Una maestra se quejo porque a ella la invitaron y al aceptar la invitación cancelo la clase de ese día para que al llegar no tuviera un lugar en el escenario principal, sin olvidar el retraso (de 40 min) que iba a hacer estragos en su agenda.
Una propuesta que gustaba a los de gafete blanco era que los lugares se ocuparan según se fuera llegando. Lo que hicieron el segundo día y especialmente en la tarde fue “reservar” unos asientos hasta atrás del Foro Universal para los estudiantes. Lo cierto es que el segundo día fue menos gente y los estudiantes también fueron mucho menos, supongo que ellos como yo decidieron no regresar porque nos trataron mal. Claro que yo fui el segundo día porque había un par de mesas que me interesaban, solo que esta vez me fui de pantalón de mezclilla y camiseta y muchos de los Estudiantes también bajaron varias escalas en el código de vestido. Regresando a los espacios. La decisión que tomaron creo una mala práctica, la gente se quedaba dentro lo que mantenía la exclusión generalizada para los Estudiantes. Otra propuesta que me gusto y me pareció racional dado el mal trato para nosotros fue que si de todas formas veríamos las conferencias a través de pantallas porque no mandar la señal al auditorio de la escuela y así podrían ir a clases si se aburrían o no les interesaba esa conferencia en particular o al menos no viajarían tanto por la ciudad.
La primera noche hubo una cena en El Antiguo Colegio de San Ildefonso para lo seleccionados de siempre (y para aumentar el cansancio de los organizadores). Para ellos lo cierto será que el evento fue un éxito. Éxito que adjetivaran a pesar de “pequeñas fallas naturales al evento”. Idea reforzada por las reseñas positivas de la prensa. Sin embargo, la experiencia de los participantes (sin importar el color de identificación) al menos de algunos de ellos. Dirá lo contrario aunque Marcelo Ebrard dijo lo contrario en la clausura.
Cositas llamativas. El día en que Vargas Llosa habló hubo un stand donde se vendían casi todas sus obras. Lo que es seguro es que se vendían todos los textos que puede comercializar una casa editorial en particular. Aún entre los de segunda hay rangos. Algunos entraron por ser amigos o por trabajar con alguien de arriba, otras solo por ser chicas. El representante de la carrera de Relaciones Internacionales sufrió la maldición del Gafete Blanco supongo que por decisión personal (ahora me cae mejor, aunque no haya tomado esa decisión).
Prometo poner algunas fotos… sólo necesito poder sacarlas de mi cel.
2 comentarios:
Se vé que estubo/estuvo intenso camarada. Gracias por animar tu bitácora.
Curioso el trato, parece que los de la representación presentarán su queja. Aún así lamento no haber podido asistir.
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