Hace rato un amigo me previno al avisarme que se casaría al final del mes.
Así que después de un breve mensaje para decirme el lugar y las horas, de la misa (no imagino que motu propio se casara religiosamente) y de la fiesta. Salí de la ciudad hacia el gran rancho que se llama ciudad y corona con la etiqueta de "capital".
Me vestí de traje, compre un regalo (ando bien bruja pero me alcanzo para algo); llegue a comer y de ahí fui a la iglesia donde se efectuaría la misa. El lugar era pequeño pero bonito.
Me encontré a los amigos de mi amigo. Hay uno de sangre muy pesada, que es tolerable pero que no respeto. Además de aquella fauna me reuní con otras personas que quiero, fue un placer verlos e intercambiar algunas palabras. De ahí salimos a la "ceremonia" civil en la casa remodelada de los padres de mi amigo. Algunos años pasaron desde la última vez que estuve en ese hogar.
Luego la fiesta. Le llame a una amiga para que me acompañara pues no sabia si habría alguien con quien pudiera entretenerme al menos. Resultó que un conocido llevo a su hermana. Una chica que se me hizo muy linda, simpática y además con un buen nivel de plática. Al menos mi amiga me ayudó a mejorar mis habilidades dancisticas (sic). Había otra chica muy guapa en el lugar.
Conozco (dentro de lo que cabe) a los dos novios. Descubrí que saber que se casarían y verlos hacerlo me produjo una sensación de bienestar que no esperaba. Puedo decir que me sentí feliz por ellos. Fue un gran día para mí y decidí terminarlo poco antes de ver el amanecer.
A mis amigos les deseo muchos días felices.
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