Durante estos días de pausa eterna decidí salir y dejar que mis piernas soportaran mi peso y se estirasen, que mi piel recibiera los rayos del sol directamente, dejar la pijama y que mis ojos vieran más que un espacio de unos cuantos centímetros cuadrados. Y le marque a una amiga.
Después del protocolo le pregunte si salíamos y la respuesta fue no. Es que era su cumpleaños y pensó que le había llamado para felicitarla, lo cual hice entonces. Así que me invito a ir a su casa a comer pastel pues no habría fiesta. Así que siempre sí salí. Es chistoso como giran los eventos. Después plática, pastel, etc. Y al final de regreso a casita. Buen día.
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