miércoles, agosto 17, 2005

¿Cómo titular una reseña?

“Hay quienes van al fútbol, yo voy de putas” Buena frase ¿no? Como parte de los muchos documentos que, supongo, existen sobre la prostitución hay una película llamada “Yo puta”. Es más documental que película aunque la mini historia de Daryl Hannah y Denise Richards intentan darle ese carácter. Incluso, eso es lo que reseñan. En mi opinión algunas de esas escenas se pueden quitar sin menoscabo del film.

Creo que todos sabemos que existe este tipo de servicios, también para mujeres, e imagino que por la mente de casi todos los hombres ha pasado la idea de contratarlos. Hay quienes sí lo hacen, quienes no todavía y quienes no. Para las mujeres supongo que es un poco más difícil encontrar un hombre que de ese servicio y tal vez menos difícil encontrar a una mujer dispuesta a ofrecérselos. Aun así esta profesión tiene cierta fascinación. ¿Por qué lo hacen? ¿es bueno, es malo? ¿Cómo llegaron? ¿Cómo empieza, cómo es? ¿Cómo se elige el nivel? ¿qué practicas sexuales ofrecen? Hay quienes intentan hablar con ellas para resolver las preguntas. Y las actrices y actores porno ¿son lo mismo? Y otro set de preguntas similares a las pasadas. Inclusive ¿me gustaría hacer ese trabajo? ¿Por qué los hombres responderían que sí más fácilmente que las mujeres?

Sólo puedo proporcionarles preguntas y elucubraciones. Divagaciones que pueden o no ser ciertas, tal vez tener cierto grado de verdad únicamente. En esa película verán las palabras de persona que trabajan en eso –con las excepciones lógicas-. Son interesantes, divertidas, desgarradoras, fascinantes y algunos otros adjetivos. Los participantes hablan en su idioma original [buena oportunidad para practicar su lituano]. Hablan prostitutas, un par de gigolos, clientes, actrices porno, productores porno, lenones e incluso un traficante. Por si tienen curiosidad pero no desean ver la película esta basada en el libro “Yo puta. Hablan las prostitutas” de Isabel Pisano.

Qué pensar. Estoy convencido de la necesidad de respetar –al menos– su trabajo, además debería perder ese tinte de tabú. De convertirlo en una profesión de libre elección. Después de todo son personas, gente que probablemente sufre de injusticias por lo clandestino de su trabajo, porque seguro habrá algunas que sufran por ello aunque seguro que otras no. Imaginen que extiendan factura o un recibo de honorarios. No creo que se llegue a tanto pero al menos debemos de dejar de ver a esas personas socavándolas por lo que hacen.

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